La experiencia de estos dos años también puso en evidencia la importancia de haber construido un gremio fuerte, participativo, con voz y peso propios. Desde ADIUC desplegamos múltiples iniciativas para acompañar y fortalecer el trabajo docente en la emergencia. El esfuerzo paciente y comprometido desarrollado a lo largo de diez años al frente del sindicato nos permitió enfrentar la pandemia desde un espacio gremial dinámico, activo y representativo, capaz de construir una voz colectiva, organizarnos y ofrecer respuestas a las más diversas situaciones y dificultades.
Allí donde se nos presentaban todo tipo de dificultades técnicas y operativas en el uso de aulas virtuales, hubo un gremio presente que creó inmediatamente la Mesa de Ayuda para la Enseñanza en la Virtualidad. Un gremio presente que exigió y logró la distribución de paquetes de datos para conectividad durante el aislamiento; logró la institucionalización del programa RAM para actualizar en forma gratuita nuestros equipos informáticos. Hubo un gremio presente desarrollando cursos y talleres, documentos de asesoramiento legal y recomendaciones para trabajar en forma saludable desde el hogar; procesando el impacto de la pandemia en nuestro trabajo para producir conocimiento en tiempo real; actualizando el paquete de reivindicaciones que fuimos presentando a las autoridades para revertir la vulneración de derechos y que se nos garanticen condiciones de trabajo adecuadas, visibilizando las desigualdades de género que atraviesan el trabajo docente y la vida cotidiana. Estuvimos allí para exigir a la DASPU que estuviera a la altura de las circunstancias, denunciando las deficiencias en la gestión de nuestra obra social universitaria. También hubo un gremio presente que fue promotor de la creación, el sostenimiento e institucionalización de espacios donde procesar esta experiencia, construir definiciones y tomar decisiones colectivamente: comité de emergencia a nivel del HCS, comités por dependencia, jornadas de encuentro interclaustro, además de nuestra participación en la mesa de sindicatos de la educación. Y hubo un gremio presente promoviendo, sosteniendo y posibilitando nuevas maneras de encontrarnos, de permanecer juntos/as a pesar del aislamiento, de recrearnos como comunidad universitaria.
Sin dudas, el gremio de las y los docentes universitarios está en condiciones de dar respuesta a las demandas y necesidades de la comunidad docente, y hacer frente a lo que viene, porque entre todos/as logramos construir una herramienta gremial capaz de intervenir con voz propia en el debate acerca de la universidad que nuestro país necesita, que no le debe su fuerza a nadie más que a sus representados/as y militantes; que tiene un poder propio, autónomo de las autoridades, los partidos y las patronales.